Para el tratamiento de la esteatosis hepática es fundamental seguir una serie de hábitos de vida saludables como:
Reducción de peso en caso de sobrepeso u obesidad. Se ha demostrado que la pérdida mantenida de peso es la única medida que permite parar la evolución de la enfermedad e incluso mejorar la situación del hígado.
Realización de ejercicio físico.
Abandono del alcohol y el tabaco.
Si bien se han probado algunas medicinas para su tratamiento, incluso con un discreto éxito, en la actualidad no se recomienda la utilización de ninguna de ellas.
Dado el mayor riesgo de enfermedad cardiovascular de los pacientes con hígado graso no alcohólico, se recomienda un control adecuado de sus factores de riesgo, como la diabetes, la hipertensión o el aumento de colesterol y triglicéridos. Las medicinas para reducir el colesterol (estatinas) son seguras en estos pacientes.